La investigación ha demostrado que la aplicación de anestésicos locales en bajas concentraciones puede neutralizar el foco irritado del tejido nervioso, repolarizando su potencial eléctrico y estabilizando su membrana.
En Terapia Neural básicamente inyectamos procaína diluida en suero (0.5%), y como alternativa utilizamos la lidocaína.
Debemos destacar que el efecto no es el anestésico, ya que la sustancia se inyecta en pequeñas cantidades y en bajas concentraciones, ya menudo no se aplica en las zonas de dolor. Además, la procaína se metaboliza en el mismo plasma sanguíneo en cuestión de pocos minutos.
Lo más importante es donde inyectamos el anestésico local. Sólo conseguiremos el efecto si la aplicamos en los puntos donde haya irritación o bien en los puntos específicos del sistema nervioso (SN) que tengan una relación directa con la enfermedad. Por este motivo nos resulta fundamental la historia de vida de la persona y la exploración con todos nuestros sentidos.