Cuando una fibra nerviosa es irritada, puede alterar el estímulo que pasa por ella, por lo que un estímulo normal puede pasar a ser patológico, o bien la propia irritación puede ser generadora de estímulos patológicos que afecten a la red nerviosa.
De esta manera, no sólo se alteran los tejidos que dependen de esta fibra nerviosa, sino que también lo pueden hacer otros tejidos más lejanos, que por algún motivo ya estén débiles o predispuestos.
Pueden ser factores irritantes del sistema nervioso (SN): infecciones agudas o de repetición, cicatrices, inflamaciones crónicas, sustancias tóxicas, choques emocionales, afecciones dentales …
La historia de vida de la persona es fundamental para localizar los posibles focos irritativos de su SN, y la Terapia Neural (TN) tiene como objetivo neutralizarlos, para que el SN recupere sus funciones reguladoras y el organismo recupere sus mecanismos de autocuración.