Se dedica aproximadamente 1 hora en la primera visita, en la que se realiza la historia de vida de la persona que acude y se inicia el tratamiento.
Habitualmente se hace un seguimiento mensual para dar tiempo a los cambios que puedan aparecer y poder observar su duración. En caso de que haya algún empeoramiento, no haya mejoría o dure poco, aconsejamos que se pongan en contacto con su terapeuta y valorar hacer una sesión antes.
A menudo, y especialmente en las niñas y los niños, son necesarias entre dos a cuatro sesiones programadas, y se vuelve a aplicar la terapia en caso de reaparición de los síntomas que fueron el motivo de consulta o de la aparición de otros síntomas nuevos o antiguos.